Finalmente a rregañadientes, conseguí convencerla y montarla en el coche rumbo a Talavera. Al llegar allí, toda la familia nos fuimos a la piscina, lo que no le hizo mucho gracia, pues la pequeña muñeca no es muy amiga del agua. Este aspecto de mi pequeña amiga lo comprendo a la perfección, si yo fuese de papel reciclado tampoco me haría gracia que una sustancia me pudiese convertri en un mazacote informe. Así que prefirió quedarse en casa conociendo la zona y los "dominios" de la familia Seguí.
Al volver a la hora de comer, no podía creerlo. Magda había hecho algunos a migos más. Al parecer, mientras paseaba por el jardín, conoció a dos patos, Oca y McCuak, que se ofrecieron a ser sus guías por aquel lugar.
Magda se lo ha pasado genial. No sólo le enseñaron la parcela, sino que le presentaron a un sin fin de habitantes del jardín, tortugas, caracoles, gnosmos, puff!! Y eso sin contar toda la gama de insectos que se iban encontrando, ya que son algo rancios con los forasteros y están muy entregados a sus labores.
En definitiva, Magda ha quedado encantada y ha prometido volver pronto a visitar a sus nuevos amigos. A ver si es verdad!
P.D: También quiero colgar esta canción, dedicada a los patos que cuidaron de Magda, y a mi padre que me contó cosillas de cuando era chavalín, mientras conducía hacia Talavera y escuchábamos a Jethro Tull.
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