miércoles, 31 de enero de 2007

Los ojos lila de Suaga. - 3ª Parte

..., abrió los ojos. Trunk no movió ni un pelo. Era muy descarado, como buen treico, y no se sobresaltó al ver que el joven le miraba intentando "violar" su cuerno mientras dormía. Sus ojos eran de color lila, con dos preciosas pupilas, una más pequeña que la otra, y se clavaron en él, como si un barco naufragante, acabara de echar el ancla al fin en tierra firme.

- No lo hagas.

El triga no movió los labios, ni un solo músculo de su cuerpo, pues podía haberlo dicho en signos, como hacen los botany de la Familia del Inicio. Aquellas palabras sonaron directamente en la cabeza de Trunk. La sensación le gustó. Siempre era él, el que usaba la telepatía con los demás seres, y sin embargo, el convaleciente triga, la estaba usando con él. "Qué interesante..." pensó.

- Gracias, Trunk - de nuevo la voz en su mente-. Mi nombre es Suaga, y te estaré siempre agradecido por lo que has hecho hoy por mi. No obstante, te pido muy humildemente, que me dejes descansar. Cuando me encuentre bien, yo mismo haré crecer mi cuerno y te dejaré tocarlo.

No lo dudó. Trunk se levantó y salió de la estancia para dejar descansar a Suaga. Nunca nadie le había hablado así, tan directo, tan claro, tan sincero. Por su naturaleza, todos se dirigían a él con odio o admiración, pero nunca le habían hablado como a un igual, y esa era la sensación que tenía ahora sobre la forma en que el triga le había pedido aquello. Además, había sido capaz de averiguar su nombre, seguramente leyendo en su mente.¡ Qué fascinante! Esto era algo totalmente nuevo para él.

viernes, 26 de enero de 2007

Trunk, el treico, y Suaga, el triga. - 2ª Parte.

Por el contrario, en Aldebodal, los triga son la antítesis de los treico, son amables, cariñosos, pizpiretos, cantarines, risueños, confiados, sinceros, animosos, positivos, su personalidad podía llegar a resultar empalagosa en ocasiones. Mas en algo sí coincidían con los treico, eran muy hermosos. Tal era su belleza, que muchos seres del planeta que los veían, llegaban a obsesionarse con ellos. Por este motivo, los triga fueron cambiando su metabolismo, hasta ser una raza metamórfica, es decir, que podían cambiar de forma a su antojo para camuflarse.
Sin embargo, algo les delataba. Por más que cambiaran de forma, un buen observador podía descubrir, por mucho que llegara a encogerlo, un pequeño cuerno, en el centro de su frente. Era su marca, si alguna vez conocías, veías, o cazabas un ser con un pequeño cuerno en la frente, sabías que estabas ante un triga.
De esta forma, Trunk descubrió que el ser que se encontraba tirado en el bosque con un costado ensangrentado, era un triga.

La primera reacción de Trunk fue abandonarlo. Ya sabía de donde venía el hermoso quejido. ¡Su curiosidad estaba satisfecha! Mas aquel sollozo se le metió en la cabeza, y sabía que si se marchaba dejándolo allí se le acomodaría en la cabeza y no podría tener sexo aquella noche, por más que lo intentara. Además, cuentan las leyendas que ayudar a un triga y mantenerle hasta su recuperación, les hacía sentirse en deuda y, al alma caritativa, le brindaban felicidad y bien estar para el resto de sus días.
Así que, esperando que cuando el triga supiera lo que había hecho por él le otorgara felicidad, lo tomó entre sus brazos con cuidado y lo subió a su mansión en lo alto del monte, donde le limpió las heridas y curó su fiebre, con las mejores hierbas de todo Aldebodal
.

Cuando Trunk hubo terminado, reparó en el joven triga. Era sumamente hermoso. El pelo largo, castaño, le caía sobre los hombros. Su piel era tersa y suave, muy suave, sólo en los alrededores de la boca se podían ver ciertas arrugas, minúsculas, seguramente provocadas por tanto reír a carcajadas y sonreír a todo el mundo. La boca era muy fina, de labios estrechos, y una nariz poderosa pero recta, simplemente perfecta. Sus dos enormes ojos cerrados ahora por el cansancio, dejaban intuir que serían unos ojos que darían paz a quien los mirase. Y en lo alto, en el centro de sus frente, un pequeño cuerno, de color hueso, que parecía tener luz propia. Era curioso, en el bosque le llamó más la atención, el cuerno, ahora que descansaba, parecía haberse hecho pequeño y no destacar mucho.
Trunk, tras acabar las curas del hermoso joven, se quedó pasmado mirándolo, sentado junto a la cama, que él mismo había preparado, casi durante toda la noche. Qué gran inversión había realizado aquel día. Había encontrado a uno de los seres que más suerte dan en el planeta, y encima podía verle sin transformaciones, sin cambios, tal cual era. Incluso, se le ocurrió, podía tocar el mágico cuerno. Y así fue, se acecó, se recostó sobre la cara del joven, para ver mejor el cuerno, y cuando estaba a punto de tocarlo...

jueves, 25 de enero de 2007

Trunk, el treico, y Suaga, el triga. - 1ª Parte

Cuentan las ancianas mineras de manos ajadas, de la región de Sójor, que en lo alto de una de las montañas, en la cúspide más elevada, vivía un treico.
Un treico en Aldebodal, es algo similar a un ogro, salvo que no son feos, son hermosos. Muy hermosos. Su carácter es desagradable, frío, traicionero, egoísta, calculador, ladino, desconfiado, grandes comerciantes, bruto, tosco en sus modales, y casi todo lo negativo que se os pueda imaginar, salvo sucio, descuidado o mal hablado, ya que cuidan mucho su aspecto externo, pues saben que es lo que les proporciona cierto encanto, necesario para embaucar. Suelen vivir en lugares aislados, pues no les gusta convivir con los demás seres de Aldebodal, sin embargo, tienen una necesidad obsesiva de sexo, y puesto que no soportan a los de su propia especie, los treicos acuden a lugares repletos de botany y otros seres hermosos.
Nadie sabe cómo lo hacen. Con un sólo gesto, con un movimiento de cadera, con una una mirada, son capaces de envolver y hacer olvidar todo prejuicio respecto a ellos. Hay quien dice que utilizan aromas, algunos afirman que son hechizos, pero nadie sabe realmente cual es su técnica. Los captan, los utilizan, los vuelven locos de placer, y los dejan tirados a la mañana siguiente en el mismo lugar donde se encontraron.

La historia que cuentan las ancianas, habla del treico más hermoso que jamás hubiera existido, pero también el más perverso: Trunk. Una noche en la que las dos lunas de Aldebodal brillaban en todo su esplendor, haciendo que la magia pudiera casi respirarse, Trunk, descendió de su maravillosa mansión en lo alto de la montaña, pues los dos satélites habían disparado sus ansias de sexo. Y mientras bajaba elegante, pensando en qué estrategia emplearía en aquella jornada de "caza", escuchó un lamento hermoso. Era un un gemido de auxilio, pero a la vez era sumamente dulce y embriagador. Pensó en olvidar el hecho, mas cuando iba a seguir su descenso, entre el bosque que cubría la montaña, volvió a escuchar la dulce queja.
No fue su compasión lo que le llevó a buscar el origen del sonido, ya que carecía de ella, o la tenía poco desarrollada, sino más bien su curiosidad. Como el gemido se repetía, fue fácil seguir su rastro sonoro. Y su sorpresa fue enorme al descubrir que, quien emitía aquellas dulces llamadas de auxilio, era un triga...

miércoles, 3 de enero de 2007

Ardif y Dogei


Según cuentan los más ancianos botany de la región de Sollirhama, como a ellos un día les contaron los más ancianos, cuando la Suma Creadora hubo terminado de modelar Aldebodal y a los botany, encomendó a dos de ellos, sus más amados, el cuidado de una pequeña caja. Les rogó que defendieran esa caja con su vida y con el amor que se profesaban mutuamente, pues dicha caja, contenía un ingrediente que había creado, pero que prefería no dejar suelto en Aldebodal, sino mantenerlo cautivo en dicha recipiente.

Ardif, una botany hermosa de piel amarillo oscuro, buena aventurera de los bosques de Sollirama, y Dogei, esbelto y fuerte, de piel magenta, gran creador de herramientas, armas y armaduras, como lo fueron sus antepasados de Sójor, guardaron durante muchos años la oscura y misteriosa caja. Ambos se amaban como muchos desearían. Mas este amor tenía una pega, Dogei era muy desconfiado. Sentía celos. Si Ardif hablaba con el mercader de la aldea más de lo que a él le parecía lo normal, su alma se encogía; si su amada se retrasaba por cualquier motivo, sin él saberlo, se angustiaba; mas nunca reaccionaba de manera violenta, simplemente, su ser se entristecía. Una tarde en que se sintió de esta manera, tan angustiado estaba, que decidió abrir la caja, para que lo que fuera que hubiera en ella, acabara con él y su angustia, y librara a Ardif de semejante obsesivo (como él pensaba).
Y así,decidido a acabar con su existencia, tomó la oscura urna, y rápidamente, la abrió. Pero cual fue su sorpresa al descubrir la nada en su interior. Nada salió de ella, nada vio en ella, por lo que nada debía haber en ella ¿La Gran Madre les había tomado el pelo durante todos estos años?
Veloz fue a contárselo a su amada, olvidando su pena y angustia, mas cuando llegó al lugar donde se encontraba Ardif, sintió que le arrancaban toda su esencia de golpe. La hermosa botany se había mustiado, el color de su piel era muy oscuro, como el de las hojas cuando caen en la triste estación, su pelo se había empobrecido, volviéndose frágil y quebradizo, y sus ojos estaban perdidos en el infinito, como si no pudiera ver aunque mirase.
El robusto botany invocó la presencia de la Gran Madre para que le ayudara y le explicara el motivo del estado de su amada. Al verla, supo que Dogei había abierto la misteriosa caja y aquello era consecuencia de dicho acto, pues en la caja, lo que había guardado eran las enfermedades, que nunca debió crear.
No hubo represalias, no hubo castigo, ni ira de la Creadora por desobedecer. La Gran Madre asumió su culpa por dejar algo tan peligroso en manos agenas. Sólo hubo pena, sólo hubieron lágrimas que se escaparon de sus infinitos ojos.

Sin perder un momento, le pidió a Dogei que creara una nueva caja, con forma de cubo perfecto, con el mejor de los metales que conociera. Cada cara del cubo debía tener un cristal que permitiera ver el interior, y en cada esquina, también de cada cara, debía aparecer su nombre. Esta urna, tenía que poseer un sistema de cierre que una vez cerrada, nunca más se pudiera volver a abrir.

Durante muchos ciclos obsiales, Dogei estuvo trabajando en el cubo metálico. Nada podía apartarle de su labor, ni el hambre, ni el cansancio, ni la pena que consumía su corazón. Tanto tiempo estuvo trabajando sin descanso, que cuando hubo terminado el extraño recipiente, el botany se dio cuenta de que había perdido casi por completo la vista, lo único que veía era el preciado cubo.
Entonces, la Suma Artista le explicó, la caja que había abierto contenía diminutos seres que harían enfermar a los habitantes de Aldebodal. Al abrirla, muchos se esparcieron por el planeta, pero otros entraron de golpe en el delicado cuerpo de Ardif. Su esencia seguía encerrada en su cuerpo, mientras éste se consumía, y la única forma de salvarla sería introducir su ser en aquel cubo, que con su dolor, su culpa, su amor y el sacrificio de su vista había forjado.
Conjurando a las mayores fuerzas del universo, la Gran Creadora sacó la esencia energética de Ardif y la introdujo en la preciosa urna, que en ese mismo instante comenzó a brillar y a girar sobre sí misma. Al entrar, en cada cara del cubo, a través de cristales, se podía ver el perfecto rostro color mostaza de Ardif, que de nuevo resplandecía. Cuando la Madre le explicó a la joven lo ocurrido, no hubo reproches, no hubo castigo, pues sin el amor de Dogei no hubiera sido posible su regreso. El fornido hijo de Sójor abrazó el cubo, como si tuviera el cuerpo de su amada de nuevo entre los brazos, y la Suma Hacedora, ante la visión de tanto amor, les concedió el don de ser capaces, juntos, de curar y erradicar todo mal, de todo aquel que acudiera a ellos afectado por la enfermedad o la pena más profunda.

Así, cuentan los ancianos de la región de Sollirhama, como a ellos en su día les contaron los ancianos, que en lo más profundo de los bosques de Sollirhama, existe un claro, con un pequeño templo circular, que aparenta estar viejo y ajado. En lo alto, una cúpula dorada y sobre ella, un pendón con una bandera de fondo magenta. En la tela se puede apreciar, grabado en color mostaza, una gran mano abierta, y sobre ella flotando, una estrella resplandeciente.
El templo no tiene puertas ni entradas, a los ojos de cualquier ser vivo sano. Mas aquel enfermo que se acerque al oráculo, o cualquiera que lo encuentre sintiendo una pena debastadora, lo hallará sin paredes, con un pedestal en el centro y la cúpula dorada flotando en lo alto. Subido a dicho pedestal hay un fornido botany de piel magenta, ciego y con un brazo extendido. Sobre la mano de este brazo, flotando, sin dejar de girar, un cubo con una joven hermosa figura mostaza en su interior, que con sólo una palabra, es capaz de alibiar cualquier tipo de sufrimiento.

Si tu pena es profunda, si nada puede desterrar tu mal, busca en lo más profundo de los bosques de Sollirhama.

lunes, 1 de enero de 2007

La Sacerdotisa Enarte


Cuentan los Hechiceros del Viento, a todo aquel que les pregunta, que cuando los Botany comenzaban a formarse como especie, en los albores de la vida en Aldebodal, una joven sacerdotisa hizo un pacto con la Suma Creadora, para poseer la vida eterna.
La Gran Madre accedió a su petición, pero a cambio, debería bendecir en nombre de la Madre Aldebodal, a todos los pequeños que ante ella se presentasen, y obsequiarles con una profecía y un don para sus vidas.

Esta sacerdotisa se llamaba Enarte, y al ver que todos los progenitores acudían en masa a ella, para que profetizara y bendigera a sus hijos, decidió ocultarse en una cueva en la Región de Sedrev. A su cueva sólo podían acceder seres de corazón limpio y puro, y nunca ambiciosos, sedientos de poder para sus hijos.
La entrada de la cueva de Enarte era tan estrecha, que muchos de los que decidían acudir a ella abandonaban. Cuentan los Hechiceros del Viento, que esto era sólo un truco, pues una vez atravesado este estrecho tramo inicial, la cueva se convertía en una gigantesca cavidad en la montaña, iluminada con antorchas color esmeralda, repleta de olorosas flores, de diversos tonos verdes, con un enorme y profundo lago, con un islote en el centro donde se encontraba Enarte.
Para llegar a ella, los padres debían estar dispuestos a todo por sus hijos, y para demostrarlo, tenían que ser capaces de cruzar el lago por sus propios medios, trabajando unidos, sin que los bástagos se mojasen ni un pelo, ya que de lo contrario, dos enormes bestias acuáticas, que habitaban en las verdes aguas, les deborarían.
Enarte, por la naturaleza de su eterno trabajo, decidió adoptar la forma de una inocente niña de piel plateada y cabellos dorados, con los ojos como las esmeraldas pulidas, brillantes y esperanzadores, como la mirada pueril de un infante. bajo esta apariencia, los niños la percibían como una igual y en el momento de su bendición y obsequio, la complicidad entre el pequeño y la hechicera era casi total.
La Sacerdotisa Infantil, como algunos ancianos de Sedrev decidieron llamarla,se encontraba protegida, además por un enorme Botany de la región de Sodoram, por lo que su piel es del color de los arándanos. La fuerza de este titán, fue el don que le concedió Enarte al nacer. Cuentan otras leyendas, que este fabuloso guerrero es hijo de la Hechicera y una de las bestias acuáticas del lago, pero eso sólo son habladurías.

Los Hechiceros de los Vientos, siguen contando a quienes les preguntan, que en la región de Sedrev hay una cueva de entrada muy estrecha, que oculta una profecía y un don para el hijo de aquellos que están dispuestos a arriesgar su vida, por su progenie.

Empiezo...

Bueno, esto es lo primero que escribo en mi blogg. Después de ver una y otra vez los espacios de los demás, ya no podía resistirlo más! Y como dice Javi, aquí pueden escribir comentarios todas las personas que lo vean, cosa que no pasa en my space.
Voy a intentar escribir mis cosillas aquí. No mis pensamientos, sino mis historias, los cuentos que invento o los acontecimientos que marquen mi día a día. Claro que para ello, ahora me tendreis que ayudar a manejar esto, aquellos que sepais. Por ejemplo, ¿Cómo pongo un album de fotos? o ¿Cómo pongo un video? ¿Igual que en my space? Bueno, pues esas cosillas, que me ireis diciendo. Para empezar, ¿veis que foto más chula he conseguido robarle a Javi?
Bueno, no me lío más, quizá en un rato busco uno de mis cuentecillos y lo escribo, para que veais las cosas que imagino.