jueves, 12 de abril de 2007

Lo que digas que sea para siempre II 14ª Parte

... El cuerno de Suaga comenzó a alargarse y a desprender un brillo cada vez mayor. Aunque más que un brillo eran destellos, como los que lanza un faro cuando sabe que un barco necesita de su luz. Los ojos lila del triga se quedaron en blanco, le cambiaron de color, como si una nube los empañara. Su cuerpo comenzó a tensarse y a perder la gravidez, para elevarse, lentamente.
Trunk intentó agarrarle, pero pronto comprendió que aquello era parte de un proceso vital del triga y que no debía poner impedimentos al mismo.
El destello de su cuerno era cada vez más intenso, los zaipdos alzaron el vuelo y comenzaron a planear alrededor del flotante Suaga. Un calor de hogar llegó hasta el treico desde lo alto, se sentía tranquilo, a gusto, acogido, protegido, en el lugar al que pertenecía, siendo espectador de uno de los más hermosos acontecimientos del universo, pues era el momento en que un triga compartiría con él su magia, su felicidad, su amor.
La sensación era tan placentera y le llenaba tanto que cerró los ojos, y en ese instante sintió como sus pies se despegaban del suelo y su cuerpo se dirigía hasta Suaga, esquivando el vuelo de los zaipdos. Por fin cuando estuvo junto a él, abrió los ojos y vio cómo el ser que tenía enfrente era pura emanación de luz, era la fuente de toda tranquilidad, de toda paz, de todo sentimiento puro. Suaga le abrazó y la claridad se intensificó. Sintió cómo se fundían en uno, cómo entraban sus cuerpos el uno del otro, hasta ser una sola existencia. En el instante que fue consciente de esta unión, sintió que se expandía, que estallaba, y poco a poco fue descendiendo, como la pólvora de los fuegos artificiales.

Al abrir los ojos se percató de que había perdido el conocimiento, y ahora Suaga le sujetaba entre sus brazos acariciándole suavemente la cara.

- Ahora llevas algo de mí en ti, y yo algo de ti en mí. Si algún día me faltaras no me sentiría completo. Ya sólo tú me completas.

Y de nuevo se convirtió en un galaiko enorme para volver a casa, esta vez rebosantes de complicidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

jajajajaja... opino lo mismo que Javi... Tu historia si fuera con personas humanas, ¡sería una película de Bel Ami! El nuevo tb guay... Un besote!