lunes, 7 de enero de 2008

El Regalo de Aldebodal 2ª Parte

- ¿Cómo abuela? ¿Cómo consiguieron compartir su esencia divina con la joven Emperatriz?

La abuela sonrió a su nieto, le ahbía contado cientos de veces esta historia pero el seguía emocionándose y entusiasmándose como la primera vez. Le acarició la mejilla con un movimiento suave.

-Antes deberías saber, que la Emperatriz que lideraba a su familia se llamaba Artesa, y a pesar de que decían que gustaba de escaparse en sus momentos libres a beber en las posadas, participar en peleas y alternar con diversos y diversas botany, siempre fue una líder modelo, apoyo para los miembros de su familia, cumplidora de las normas establecidas por los botany y perfecta mediadora en los conflictos. Además, era una joven creativa, pizpireta y divertida, y todo aquel que la conoció dejó testimonio de lo agradable que era pasar tiempo con ella.

Así, estando los Seis Fabulosos entorno a Artesa, no sabían muy bien qué hacer ni cómo actuar. Sin embargo, cuenta la leyenda, que la Cabeza de la Familia de la Emperatriz, comenzó a recitar un conjuro, que salía directamente de su corazón, nunca nadie antes lo había escrito, nunca nadie antes lo había leído y, por supuesto, nunca nadie antes lo había oído. Era el conjuro más sincero de la historia de Aldebodal.
Tal fue la sinceridad de sus palabras que las rocas que formaban el suelo de la más alta torre de del Palacio Imperial del Monte Daymantos, cobraron vida, transformándose en conductoras de la energía de la Tierra, la energía original, la esencia de la Madre Aldebodal. De este modo, através de las rocas, la energía de los Seis Seres Fabulosos de Aldebodal fluyó hasta Artesa, convirtiendo así a la Familia de la Emperatriz, en Embajadora de Aldebodal, entre los botany, y los demás seres del planeta.
Los Seis Fabulosos, antes de marcharse hablaron con Artesa, quien ahora se sentía grande, entera, llena, capaz de todo.

- El poder, supone una gran responsabilidad - dijo la Niña Hechicera, Enarte, hablando en nombre de los Seis-. Esperamos, al igual que lo hace la Madre Hacedora, que sepas inculcar esta idea entre los miembros de tu familia, y sobre todo a tus sucesoras. De ahora en adelante, el don que se te ha dado, lo pasareis de Emperatriz en Empertriz, sin necesidad de nuestra presencia. Pero si esto algún día fallase, y el Don que se os da dado no pudiera ser transmitido, aquí tienes una forma de hacérnoslo saber.

Y dicho esto, cerró los ojos, elevó las manos y ante Artesa, incrustado en la parez, como si siempre hubiese estado allí, apareció un enorme cuerno dorado, cuya parte ancha se asomaba hacia el exterior, y la estrecha invitaba a hacerlo sonar, en el centro de la sala.

- No lo hagáis sonar si no es necesario, nosotros acudiremos sin falta a su llamada, y no nos gusta alejarnos de nuestras tareas -advirtió Enarte.

Desde entonces, nunca sonó el cuerno y la Esencia de Aldebodal se transfirió de Emperatriz a Emperatriz, hasta que los Sizan acabaron con esta Familia.

- Abuela... ¿Eras más feliz antes, verdad?

La anciana sonrió nostálgica.

- No te preocupes, yo se que la Emperatriz volverá.

- No digas esas cosas, y menos en voz alta. Los Sizan acabaron con todo el linaje de la Emperatriz, y prohibieron estudiar sus saberes, es casi imposible que vuelva la Soberana, querido Taion.

- Tu lo has dicho abuela, CASI.

1 comentario:

La Lola dijo...

... Jacobo!que historia mas fantastica narras en este post... Espero que continues hablando también de tus amigos Manbo y Wasabi! ... Me encanta!

Por cierto, si el fondo de mi pantalla se llama asi Escher, lo escribistes bien...

Mil besos para ti y tu chico!