martes, 8 de enero de 2008

Se llevan... Muy bien!

Hoy me he llevado el corte de mi vida. Me he sentido como los padres que en las películas pillan a sus hijos besándose en el salón, porque llegaban antes de tiempo, con sus respectivas parejas, o cuando pillaban a la niñera en la cama con su novio o novia porque en el intermedio de la ópera se acercaron a casa a ver que tal estaba el pequeño...

Tras dejar a Javi en su casa y volver a cenar a la mía, entro en mi cuarto a dejar mis cosas, sin encender la luz, y oigo un ruido extraño, como si alguna pequeña ficha se hubiese caído por detrás de la estantería. Pudiera ser, no le doy mayor importancia.

De nuevo ese ruido, justo antes de salir de la habitación. Alarmado por si hubiese algún ratoncillo o pajarillo en la estancia enciendo la luz y descubro a Mambo y Wasabi compartiendo las piezas. ¡Oh! Me preocupo por nada, así que apago y me voy al salón a cenar.

Mientras ceno, leo el Manual de Convivencia Humano/Potato que viene en toda caja/maletín de los potato. Y entre sonrojo y risa descubro que lo que presencié antes en la habitación es uno de los actos más íntimos que dos potatos pueden practicar entre sí. Pueden prestarse cosas, pero dejar que otro potato coja directamente las fichas de tu marsupio trasero, eso es verdadera privacidad.


Rápidamente, con una sonrisa en la boca y algo de pudor, voy a pedirles disculpas y me los encuentro, un poco destartalados, mirándome algo avergonzados, pero con cara pícara.
¡Ay, menos mal! Yo que pensé que quizá se llevarían mal y fíjate...

P.D: Por si acaso hay alguien que piensa que sí, en los maletines de los potato, no hay ningún Manual de Convivencia Humano/Potato. Yo lo digo por si acaso que no quiero decepciones.

3 comentarios:

La Lola dijo...

Jacobo! me encanta!... que boniiiito! Compartiendo fichas... hiciste que se dibujara en mi rostro una sonrisa tierna...
Por cierto gracias por aclarar lo del manual :P

Mil besos...

Roberto dijo...

¡Qué fuerte, Carmen Alcaide!
De todos modos, qué bonito, ¿no? Imagínate que cuando necesitases unos brazos fuertes pudieses utilizar tu mismo los de tu pareja, o cuando no leyeses bien las letras de un prospecto un amigo pudiese sacarse los suyos de las cuencas para introducirlos en las tuyas...

Mmm, bonito,

pero pensándolo mejor...


es más bello asumir nuestras propias debilidades, pedir ayuda, y luego abrazar con nuestro propio ser al que nos la ha proporcionado.

Te debo algún abrazo.

Besos, Jacobo.

Atril De Sastre dijo...

Maravilloso post Jacobo !!!!!!