jueves, 24 de mayo de 2007

Te dije que te quería. 20ª Parte

...Suaga miró a Trunck, como esperando una autorización. Igual que los niños buscan la mirada complacida y tranquila de los padres cuando un adulto extraño les ofrece un caramelo.

- Yo soy Suaga. y aunque Trunck no quiera que lo diga, soy su compañero. Soy quien le ha hecho sonreír una mañana cualquiera sin motivo aparente; quien le hace temblar cuando las lágrimas asoman a mis ojos; soy quien se estremece cuando no le siente cerca; aquel que ha sido capaz de captar su atención más de una noche, a pesar de lo muy diferentes que somos; soy la dulzura que no existiría sin el amargo; soy un triga enamorado, ni más ni menos que, de un treico.

- ¡Qué bonito! - dijo la Emperatriz "máscara", con un tono burlón-. Tu querido hizo un pacto conmigo, mediante el cuál debía realizar determinadas labores que yo, como Regente de los Botany en este planeta, no podía llevar a cabo...

- ¡Todo eso ya lo se! - la interrumpió Suaga.

- ¡Qué interesante! - dijo Endora mirando a Trunck - Le has elegido con caracter... Buena elección. Por lo tanto sabrás que debe ahora pagar su fallo con la vida.

- Él no es el culpable de su herror, si no yo.

- ¡Calla, Suaga!- gritó el treico.

- ¡No! Yo te seguí a pesar de tus advertencias, e hice que no realizaras tu trabajo. Si alguien tiene que asumir la responsabilidad de todo esto, soy yo. Emperatriz de Aldebodal, asumo mi culpa y te ruego me cambies a mí por Trunck.

- ¡Estás loco! - dijo el treico levantándose y acercándose al triga-. ¿Quieres morir? Yo firmé el aucerdo, yo pagaré.

- Si no hubiera sido por mí, todo esto no estaría sucediendo. Eres el mejor, no tendrías que haber errado.

- No hagas esto por mí, Suaga, con esto no se juega...

- ¡Me parece justo! - interrumpió la Emperatriz-. ¿Estás seguro de lo que vas a hacer?

- Sí

- ¡No, no lo está! - decía Trunck mientras sentía que las otras dos figuras implicadas y allí presentes le ignoraban.

- Sólo tienes que tocar el Corazón de Aldebodal y decirlo en voz alta - dijo la Emperatriz ofreciéndole la luz de su cetro.

- No pienso dejarte tocarla, Suaga, tendrás que pasar sobre mí - y se situó entre la luz y los ojos lila del triga.

El cuerno de Suaga creció y brilló, tras lo que adoptó la forma de un fuerte grurg (especie de botany de gran tamaño, extraordinaria fuerza y piel rocosa), tomó a Trunck por el cuello y lo levantó del suelo. Con la otra mano se acercó a la Emperatriz y tocó el Corazón de Aldebodal. Y mirando de lleno al caos de los ojos del treico dijo:

- Yo, el triga Suaga, asumo las responsabilidades tomadas por Trunck el treico, en el contrato que firmó con Endora, Emperatriz de Aldebodal, Regente del bienestar de todo Botany, Guardiana de la Concordia y la Paz entre los pueblos de Aldebodal.

Una pequeña explosión de luz pareció sellar el contrato. Suaga bajó a Trunck, que cayó de rodillas al suelo con la mirada perdida en el infinito. El triga, con su aspecto normal, abrazó al desconsolado treico.

- ¿Por qué? ¿Por qué me has hecho esto? No sabré vivir sin ti. Ahora que has cambiado mi vida, no sabré pasar los días con tu ausencia. Nada me importa matar, nada me importa ver que la gente muere, pero no puedo imaginar cómo puede ser la vida sin ti, que las leyes de la naturaleza se hagan efectivas en ti, el bien de mis días, la sonrisa de mi mañana, el beso que se despide de mí cada noche, el abrazo cariñoso en cada regreso... Tú que representas todo lo que nunca había conocido y me fue concedido a raudales. Tú tifón de buenos pensamientos, buenos sentimientos, ¿qué voy a hacer si me faltas?

- Lo mismo que hubiese tenido que hacer yo, si tú me hubieras faltado. Mirar adelante, y que todo lo que has aprendido conmigo no se pierda. Haz que todos cuantos te rodean, sean felices, como si un nuevo triga hubiese nacido en ti, cuando yo parta.

- ¡No quiero! Eso lo teníamos que haber hecho juntos... ¿Por qué lo has hecho?...

- Porque te dije que te quería, y sin duda, es mejor vivir, que no existir...

- ¡Suaga! - interrumpió Endora-. Debes cumplir con tu recién adquirido acuerdo -. El triga besó los labios del treico, y se besaron como nunca lo habían hecho. Todo su amor se plasmó en aquel beso. Si aún les hubiese quedado alguna duda sobre lo que sentían el uno por el otro, aquel beso lo aclaró todo, les enamoró más, les hizo sentirse mucho más felices de haberse conocido. Suaga se levantó, pero Trunck no le soltaba la mano. Se miraron muy dulcemente y resignado le soltó -.¿ Quieres que se encargue uno de mis guardianes, o lo haces tú mismo?

- Yo sólo puedo - y dicho esto hizo crecer de nuevo su cuerno, lo agarró con las dos manos y con un fuerte tirón lo arrancó de su frente...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ay ama, qué final tan trágico Jacobo!

Pobre Suaga!

O no es el final? No puedo imaginar que no lo sea...

Por cierto, tu mensaje a Rubén y un servidor ha sido transmitido... A ver qué me responde y a ver si nos animamos prontito a bajar...

Abrazonte!

Anónimo dijo...

Hola Jakob.

No te conozco pero me han hablado mucho de ti. Bueno me ha hablado uno en particular. Me encantará ir a Madrid, es una ciudad muy interesante, pero todavía no me imagino cuando. Por ahora me apetece quedarme en Bilbo unos cuantos findes, no obtante Yuri es bastante insistente... Ya llegará.

Venga un abrazo